Ante el aumento de casos relacionados con el coronavirus en nuestro país, hay indicios de que los españoles podrían estar empezando a hacer acopio de alimentos básicos para prepararse para lo peor. Un informe de Tiendeo, un aglutinador online de catálogos de tiendas, apunta que la desconfianza o incertidumbre comienza a hacer mella en el sector alimentario: el consumo en el hogar parece estar creciendo en detrimento de la restauración y los productos no perecederos o más duraderos, como la pasta, el aceite, las galletas, el arroz, las conservas y los congelados, son los que están experimentando un mayor incremento de búsquedas en su plataforma.
La preocupación por el aumento de contagiados con coronavirus ha llevado a la Asociación de Fabricantes y Distribuidores a emitir un comunicado en el que recomienda «no caer en el alarmismo» y María Neira, directora de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud, ha pedido que las empresas aguanten la presión social y mediática, y que solo tomen medidas con base científica y epidemiológica. Es decir, ni banalizar ni entrar en pánico. «Vivimos dos realidades paralelas: la de los efectos reales del virus y la de la reacción en cadena por cada medida que se toma», advirtió esta semana en el II Congreso de Desarrollo Sostenible, celebrado en Madrid.
La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados sigue etiquetando la situación actual como de normalidad. Fuentes de este organismo que engloba a 19.100 establecimientos y alrededor del 70% de la superficie de distribución alimentaria, hacen un llamamiento a la tranquilidad y recuerdan que los suministros están garantizados. En Mercadona hacen el mismo diagnóstico: «Los clientes están realizando sus compras de forma habitual. Más allá del incremento de algún producto higiénico, como el desinfectante para las manos, la venta está siendo la normal para estas fechas», indican fuentes de esta empresa, tras precisar que a principios de cada mes los clientes compran en mayor cantidad. «Nuestro servicio de prevención tiene protocolos establecidos y, por obligación y responsabilidad, estamos en contacto con las autoridades sanitarias para seguir las instrucciones y recomendaciones que determinen en cada momento», añaden. En cuanto a que los estantes donde se apilan alimentos básicos comiencen a estar algo más vacíos que de costumbre en algunos centros, otras fuentes añaden que si bien puede haber alguna afectación particular en alguna tienda, en ningún caso se trata de una situación generalizada.
Paralelamente, en internet comienzan a circular listas de la compra de lo más variopintas para hacer frente a posibles cuarentenas en el hogar. El virólogo Ian Mackay, profesor asociado de la Universidad de Queensland (Australia), ha recomendado, por ejemplo, hacer un «alijo pandémico» por si la situación se agrava y entorpece el acceso a alimentos frescos. Mackay ha aconsejado adquirir cereales, granos, frijoles, lentejas, pasta, conservas de pescado, aceite, especias y frutos secos, entre otros productos.
En Alemania, hace una semana la revista Stern publicaba un artículo con un titular que se traduce como Incluso sin coronavirus: siempre debe tener estos suministros de emergencia en casa. El reportaje informa de que ni en Italia ni en Alemania las autoridades han recomendado acaparar víveres para no alentar un alarmismo injustificado ante esta crisis de salud. Pero recoge que la Oficina Federal de Protección Civil y Asistencia en Casos de Catástrofe alemana recomienda disponer de una reserva de emergencia para 10 días a fin de prepararse ante eventuales desastres naturales o cortes prolongados de los suministros.
Entre los alimentos que detalla para cada adulto por esa casi semana y media figuran: 20 litros de agua (no solo se utiliza para beber, sino también para preparar alimentos y para la higiene); 3,5 kilos de cereales, pan, patatas, fideos y arroz; 4 de verdura y legumbres (a ser posible, precocinadas); 2,5 de frutas de larga duración (como las manzanas) o, en su defecto, en conserva; 2,6 de leche y productos lácteos; 1,5 de carne y pescado (particularmente, en lata y embutidos, ya que se contempla que los refrigeradores y congeladores pueden dejar de funcionar tras un desastre natural); huevos enteros en polvo y 357 gramos de grasas y aceites. Y sal, especias, azúcar y harina.
La de los vegetarianos incluye 3,3 kilos de hidratos de carbono por persona (pan integral, pasta, arroz, copos de avena y patatas); 4 de hortalizas (judías verdes, guisantes, zanahorias, espárragos, setas… en conserva, además de cebollas frescas); 2,5 de fruta (manzanas o, en su lugar, plátanos, naranjas o peras frescas, conservas de pera, cereza, piña, etc.; pasas; avellanas y frutos secos); 1,1 kilos de huevos y productos sustitutivos de la carne como tofu, salchichas vegetarianas… y 330 gramos de aceites y grasas untables (margarina, crema de cacahuete, etc.)
Italia también ha vivido esta situación sin que las autoridades pudieran evitar la desinformación y los bulos que llevaron a algunos ciudadanos a lanzarse en masa a los supermercados en previsión de largas cuarentenas, incluso a golpearse con paquetes de pasta. Vídeos subidos a las redes sociales por internautas transalpinos ilustran estas «compras de pánico» y la profusión de estantes vacíos en algunos supermercados del norte del país.
Sin embargo, con el paso del tiempo han remitido estos comportamientos, en especial, según informa el periódico Corriere della Sera, tras comprobar el buen funcionamiento de los «pasillos seguros» o «corredores estériles» que permiten abastecer a colmados, supermercados y farmacias a través de rutas de seguridad controladas por la policía que los proveedores pueden atravesar equipados con máscaras protectoras y guantes (los trajes solo son utilizados por quienes corren el riesgo de entrar en contacto con una persona que haya dado positivo en el test del coronavirus) en días señalados.
Consultado el nutricionista Julio Basulto sobre la conveniencia de acaparar víveres, su recomendación es mantener la tranquilidad y «preocuparse más por la higiene y la convivencia que por aspectos nutricionales». Llegado el caso, el consejo de este dietista-nutricionista es priorizar las conservas de verduras y legumbres. «La mayor parte de los hogares dispone de reservas suficientes para pasar una o dos semanas en casa prácticamente sin necesidad de comprar productos adicionales», estima. En todo caso, siempre es buena idea, indica Basulto, «congelar brócoli, ya que tiene una apreciable cantidad de vitamina C y un periodo de conservación prolongado, judías verdes, pimientos rojos, verdes, zanahorias y guisantes, por ejemplo».
Por su parte, la dietista-nutricionista y doctora en Bioquímica, Griselda Herrero, señala que aunque no es lo mismo tener que prepararse para una tormenta de nieve que para una cuarentena sanitaria, «en general, se trata de priorizar alimentos no perecederos que tengan un interés nutricional:desde cereales y legumbres secas, pues pueden durar meses –incluso años –, hasta frutos secos, fruta desecada (dátiles, orejones, pasas…), pasando por conservas de verdura (tomate, espárragos, etc.)», indica. La también directora del centro Norte Salud Nutrición de Sevilla y revisora de la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética elabora una lista de alimentos con las cantidades aproximadas que podrían ser idóneas para nutrirse durante el tiempo que dura una cuarentena sanitaria o un aislamiento preventivo:
Cereales. Arroz (también en vasitos), pasta, maíz, copos de avena o muesli, pan en biscotes o tipo bimbo. Se pueden incluir tubérculos (patata o boniato) y prepararlos cocidos, en ensalada, con leche o yogur (en el caso del muesli o la avena) o para hacer bocadillos. La experta señala que deberíamos calcular 240-320 gramos por día, pesados en crudo (60-80 por ración, para completar cuatro diarias).
Legumbres. En seco o en conserva, para preparar hummus (esta elaboración también la venden en los supermercados), hamburguesas, ensaladas o guisos. 60 gramos al día en crudo, el doble si están cocinadas para tomar 1 ración al día o 3-4 a la semana.
Carnes, pescados y huevo. Carnes desecadas (mechada), conservas de pescado, carne o pescado frescos para congelar. Para utilizar en bocadillo, guisos, plancha… y huevos también en aliños. Hágase con 100-250 gramos al día para cumplir con la recomendación de 1 a 2 raciones diarias de entre 100 y 125 gramos.
Lácteos. Leche entera y yogur natural (normal o griego). Entre 400-750 gramos al día (para alcanzar las 2 o 3 raciones al día de entre 200 y 250 gramos).
Aceite de oliva. 30-50 mililitros por día (para cubrir las 3-5 raciones/día, a razón de 10 mililitros por ración).
Frutos secos, de cualquier tipo, tostados, crudos o en cremas (crema de cacahuete) y semillas. 25-60 gramos por día (1-2 raciones/día de 25-30 gramos cada una).
Verduras. En conserva (tomate frito, pimientos asados, etc.), deshidratadas, frescas (zanahorias, lechuga, tomate, calabacines, calabaza, brócoli…), en cremas, purés, salteadas, al horno… Sume 400 gramos por día y adulto (2 raciones de 200 gramos cada una).
Fruta. Desecadas, en almíbar o frescas (manzana, plátano, manzana, naranja), entre 350-600 gramos al día (para tomar al menos 3 raciones diarias de entre 150 y 200 gramos cada una).
Otros. Chocolate negro, caldos, sal, levadura nutricional y barritas energéticas de proteínas.