El niño aprende a comer

Las conversaciones entre padres sobre las peripecias que realizan para que sus hijos coman toda la comida del plato o los alimentos más saludables son habituales y el fracaso produce malestar creando situaciones de ansiedad tanto para los padres como para el niño o niña. Así que lo primero que debemos hacer es mantener la calma y hacer caso al pediatra cuando nos dice que al pequeño no le va a pasar nada por comer poco o nada durante un día o dos.

En la actualidad cometemos excesos en la ingesta de energía de forma habitual y eso nos lleva a pensar que nuestro hijo come poco porque no ha querido merendar o cenar. Pero hemos de pensar que la variedad y la calidad de los alimentos son más importantes que la cantidad y por eso es importante ayudar a nuestro hijo a descubrir los alimentos en la etapa de 0 a 2 años en la que introduciremos los sólidos en su dieta y acostumbrarlo a ver en casa y en la mesa todos los grupos: frutas, verduras, pescados, carnes, huevos, cereales, legumbres o lácteos, respetando los periodos de seguridad para evitar intolerancias o reacciones alérgicas.

Descubrir los alimentos

Parece una práctica extendida que los niños a estas edades tempranas coman a horas diferentes a los padres y normalmente solos. El ser humano es social en sí mismo y lejos de la necesidad básica que es alimentarse, comer se ha convertido en un acto social que implica muchas más cosas. Es evidente que no podremos seguir el ritmo de un lactante y comer con él a las tres de la madrugada, pero cuando sentemos a nuestro hijo a la mesa podemos adaptar nuestro horario para comer con él y animarle a probar los alimentos mientras los comemos nosotros también; tranquilos, jugando y sin preocuparnos demasiado de la cantidad que come. Así tendrá la confianza necesaria para descubrir un mundo nuevo que aparece delante de él y que dista mucho de lo que conoce hasta ahora que básicamente es la leche y sentaremos bien las bases para que nuestro hijo o hija aprenda a tener hábitos saludables y se sienta incluido en las comidas principales y así evitar prácticas futuras poco recomendables como comer solo delante del ordenador.

Algunos consejos

•Consumo moderado de carne. Dale pescado blanco y azul. Puedes hacerle, albóndigas, hamburguesas, croquetitas…

•¡Qué importantes son las legumbres! Pregunta al pediatra a partir de qué edad y para siempre.

•Las verduras y frutas son esenciales. Lava bien las frutas y dáselas con piel. Haz macedonias, dibuja un tren con los gajos de las mandarinas… ¡Come tú también!

•No le obligues a comer. Ingenia juegos y da ejemplo.

•Sírvele raciones pequeñas

•Crea un buen ambiente

•No prolongues mucho el tiempo de la comida para que coma más.

•Recuerda que es más importante la calidad y la variedad que la cantidad.

•Hay algunos alimentos más alergénicos que otros: huevo, leche de vaca, pescado, frutos secos, melocotón, melón, fresas, cerezas, legumbres. Introducir en la dieta poco a poco.

•Deja un periodo de unos días entre un alimento nuevo y otro para observar su reacción.

El niño aprende a comer

Las conversaciones entre padres sobre las peripecias que realizan para que sus hijos coman toda la comida del plato o los alimentos más saludables son habituales y el fracaso produce malestar creando situaciones de ansiedad tanto para los padres como para el niño o niña. Así que lo primero que debemos hacer es mantener la calma y hacer caso al pediatra cuando nos dice que al pequeño no le va a pasar nada por comer poco o nada durante un día o dos.

En la actualidad cometemos excesos en la ingesta de energía de forma habitual y eso nos lleva a pensar que nuestro hijo come poco porque no ha querido merendar o cenar. Pero hemos de pensar que la variedad y la calidad de los alimentos son más importantes que la cantidad y por eso es importante ayudar a nuestro hijo a descubrir los alimentos en la etapa de 0 a 2 años en la que introduciremos los sólidos en su dieta y acostumbrarlo a ver en casa y en la mesa todos los grupos: frutas, verduras, pescados, carnes, huevos, cereales, legumbres o lácteos, respetando los periodos de seguridad para evitar intolerancias o reacciones alérgicas.

Descubrir los alimentos

Parece una práctica extendida que los niños a estas edades tempranas coman a horas diferentes a los padres y normalmente solos. El ser humano es social en sí mismo y lejos de la necesidad básica que es alimentarse, comer se ha convertido en un acto social que implica muchas más cosas. Es evidente que no podremos seguir el ritmo de un lactante y comer con él a las tres de la madrugada, pero cuando sentemos a nuestro hijo a la mesa podemos adaptar nuestro horario para comer con él y animarle a probar los alimentos mientras los comemos nosotros también; tranquilos, jugando y sin preocuparnos demasiado de la cantidad que come. Así tendrá la confianza necesaria para descubrir un mundo nuevo que aparece delante de él y que dista mucho de lo que conoce hasta ahora que básicamente es la leche y sentaremos bien las bases para que nuestro hijo o hija aprenda a tener hábitos saludables y se sienta incluido en las comidas principales y así evitar prácticas futuras poco recomendables como comer solo delante del ordenador.

Algunos consejos

•Consumo moderado de carne. Dale pescado blanco y azul. Puedes hacerle, albóndigas, hamburguesas, croquetitas…

•¡Qué importantes son las legumbres! Pregunta al pediatra a partir de qué edad y para siempre.

•Las verduras y frutas son esenciales. Lava bien las frutas y dáselas con piel. Haz macedonias, dibuja un tren con los gajos de las mandarinas… ¡Come tú también!

•No le obligues a comer. Ingenia juegos y da ejemplo.

•Sírvele raciones pequeñas

•Crea un buen ambiente

•No prolongues mucho el tiempo de la comida para que coma más.

•Recuerda que es más importante la calidad y la variedad que la cantidad.

•Hay algunos alimentos más alergénicos que otros: huevo, leche de vaca, pescado, frutos secos, melocotón, melón, fresas, cerezas, legumbres. Introducir en la dieta poco a poco.

•Deja un periodo de unos días entre un alimento nuevo y otro para observar su reacción.

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El niño aprende a comer

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En la actualidad cometemos excesos en la ingesta de energía de forma habitual y eso nos lleva a pensar que nuestro hijo come poco porque no ha querido merendar o cenar. Pero hemos de pensar que la variedad y la calidad de los alimentos son más importantes que la cantidad y por eso es importante ayudar a nuestro hijo a descubrir los alimentos en la etapa de 0 a 2 años en la que introduciremos los sólidos en su dieta y acostumbrarlo a ver en casa y en la mesa todos los grupos: frutas, verduras, pescados, carnes, huevos, cereales, legumbres o lácteos, respetando los periodos de seguridad para evitar intolerancias o reacciones alérgicas.

Descubrir los alimentos

Parece una práctica extendida que los niños a estas edades tempranas coman a horas diferentes a los padres y normalmente solos. El ser humano es social en sí mismo y lejos de la necesidad básica que es alimentarse, comer se ha convertido en un acto social que implica muchas más cosas. Es evidente que no podremos seguir el ritmo de un lactante y comer con él a las tres de la madrugada, pero cuando sentemos a nuestro hijo a la mesa podemos adaptar nuestro horario para comer con él y animarle a probar los alimentos mientras los comemos nosotros también; tranquilos, jugando y sin preocuparnos demasiado de la cantidad que come. Así tendrá la confianza necesaria para descubrir un mundo nuevo que aparece delante de él y que dista mucho de lo que conoce hasta ahora que básicamente es la leche y sentaremos bien las bases para que nuestro hijo o hija aprenda a tener hábitos saludables y se sienta incluido en las comidas principales y así evitar prácticas futuras poco recomendables como comer solo delante del ordenador.

Algunos consejos

•Consumo moderado de carne. Dale pescado blanco y azul. Puedes hacerle, albóndigas, hamburguesas, croquetitas…

•¡Qué importantes son las legumbres! Pregunta al pediatra a partir de qué edad y para siempre.

•Las verduras y frutas son esenciales. Lava bien las frutas y dáselas con piel. Haz macedonias, dibuja un tren con los gajos de las mandarinas… ¡Come tú también!

•No le obligues a comer. Ingenia juegos y da ejemplo.

•Sírvele raciones pequeñas

•Crea un buen ambiente

•No prolongues mucho el tiempo de la comida para que coma más.

•Recuerda que es más importante la calidad y la variedad que la cantidad.

•Hay algunos alimentos más alergénicos que otros: huevo, leche de vaca, pescado, frutos secos, melocotón, melón, fresas, cerezas, legumbres. Introducir en la dieta poco a poco.

•Deja un periodo de unos días entre un alimento nuevo y otro para observar su reacción.

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